Repudio a la intervención policial contra los Aymara de Achacachi
La violencia y la represión son armas que utilizan las políticas coloniales y feudales, es el poder de castas criollas (izquierda-derecha) en el aparato del Estado donde el impostor con disfraz indígena y socialista alimenta una oligarquía destruyendo el País. El movimiento de Achacachi es la lucha de la Nación Aymara contra las políticas de abuso, corrupción, etnocidio y utilización descarado de los recursos del país. Por eso dejamos establecido que la fuerza de Achacachi no es un caso aislado sino la fuerza de una Nación que busca su propio Estado.
Cuando hay pensamiento, lengua, y reproducción social y cultural, no existe muerte para las naciones; a pesar de toda la violencia colonial, perpetrado por las invasiones, las culturas en su devenir nacional conciben e inventan nuevas estrategias para conservar la identidad. No porque los Estados importados se impongan y busquen acabar con las características nacionales de las naciones, que éstas se callen y se resignen pasivamente abandonar lo propia de su identidad y se pierdan en la homogeneidad maquinal del Estado. Ninguna cultura se calla y abandona su territorio, ni destruye su ser en defensa de la identidad.
En este continente llamado América con los Estados importados, muchas culturas han quedado reducidas al estatus de “indios”, “pueblos”, “campesinos, indígenas”; el discurso colonial y criollo gira sobre esa clasificación y la práctica que ejercen contra los “indios” se expresa en tratar a los Aymara como parias, como extranjeros: expulsan a los verdaderos dueños de sus territorios, maltratan a los comerciantes aymara como seres indeseable en las calles de las ciudades. Con la discriminación positiva se excluye o se destierra a los profesionales aymara a labores secundarias.
La realidad en este continente (América) es que existen Naciones sin Estado y Estados sin Nación. Entonces los aymara somos una Nación sin Estado. Mientras no esté resuelto este problema de la Nación sin Estado, ningún Estado importado podrá permanecer en su funcionamiento con cierta estabilidad. En esta lucha contra el Estado importado, la Nación Aymara es la identidad indomable, es la cultura de la permanente Rebelión. Esta rebelión no se debe reducir solamente a nivel local, es todo un movimiento de contestación en todo el País. El movimiento de Achacachi, es la acción que desnuda la relación de dominación que ejerce el Estado Plurinacional contra la Nación Aymara. Conscientes de esta realidad los Aymara repudiamos la actitud cobarde del Estado indigenista por la represión ejercida contra a los Aymara.
Dr Fernando Untoja Ch
La Paz septiembre 2017
La violencia y la represión son armas que utilizan las políticas coloniales y feudales, es el poder de castas criollas (izquierda-derecha) en el aparato del Estado donde el impostor con disfraz indígena y socialista alimenta una oligarquía destruyendo el País. El movimiento de Achacachi es la lucha de la Nación Aymara contra las políticas de abuso, corrupción, etnocidio y utilización descarado de los recursos del país. Por eso dejamos establecido que la fuerza de Achacachi no es un caso aislado sino la fuerza de una Nación que busca su propio Estado.
Cuando hay pensamiento, lengua, y reproducción social y cultural, no existe muerte para las naciones; a pesar de toda la violencia colonial, perpetrado por las invasiones, las culturas en su devenir nacional conciben e inventan nuevas estrategias para conservar la identidad. No porque los Estados importados se impongan y busquen acabar con las características nacionales de las naciones, que éstas se callen y se resignen pasivamente abandonar lo propia de su identidad y se pierdan en la homogeneidad maquinal del Estado. Ninguna cultura se calla y abandona su territorio, ni destruye su ser en defensa de la identidad.
En este continente llamado América con los Estados importados, muchas culturas han quedado reducidas al estatus de “indios”, “pueblos”, “campesinos, indígenas”; el discurso colonial y criollo gira sobre esa clasificación y la práctica que ejercen contra los “indios” se expresa en tratar a los Aymara como parias, como extranjeros: expulsan a los verdaderos dueños de sus territorios, maltratan a los comerciantes aymara como seres indeseable en las calles de las ciudades. Con la discriminación positiva se excluye o se destierra a los profesionales aymara a labores secundarias.
La realidad en este continente (América) es que existen Naciones sin Estado y Estados sin Nación. Entonces los aymara somos una Nación sin Estado. Mientras no esté resuelto este problema de la Nación sin Estado, ningún Estado importado podrá permanecer en su funcionamiento con cierta estabilidad. En esta lucha contra el Estado importado, la Nación Aymara es la identidad indomable, es la cultura de la permanente Rebelión. Esta rebelión no se debe reducir solamente a nivel local, es todo un movimiento de contestación en todo el País. El movimiento de Achacachi, es la acción que desnuda la relación de dominación que ejerce el Estado Plurinacional contra la Nación Aymara. Conscientes de esta realidad los Aymara repudiamos la actitud cobarde del Estado indigenista por la represión ejercida contra a los Aymara.
Dr Fernando Untoja Ch
La Paz septiembre 2017
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