El Ejército Guerrillero Tupac Katari - EGTK en Bolivia
El grupo operó en plena democracia a diferencia de Tupamaros o Montoneros que combatían a la dictadura en sus países.
El Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK) fue un grupo que se autoproclamó como tal; aunque sus acciones fueron terroristas.
Se conformó en Bolivia cuando el país había alcanzado la democracia después de un período bastante largo de luchas de trabajadores, campesinos y sectores políticos de la izquierda boliviana. De ideología indigenista - maoista, llevó el nombre del líder del alzamiento indio de finales del siglo XVIII en el Alto Perú, Túpac Katari. La fecha de su fundación es desconocida pero se estima que fue a comienzos de 1990.
Desarticulada en 1992, la mayoría de sus ideólogos y militantes se insertaron en la legalidad política. Su líder y fundador, Felipe Quispe Huanca, conformó el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) y años más tarde, llegó a ser elegido diputado por esa agrupación política.
Gracias al sistema democrático, muchos de sus militantes están ocupando hoy en día importantes cargos públicos. Un caso que debe llamar particularmente la atención, es el de Álvaro García Linera, que alcanzó la Vicepresidencia del país, aliado al Movimiento Al Socialismo (MAS).
Una de las peculiaridades del EGTK fue organizar atentados contra infraestructura considerada estratégica; torres del tendido eléctrico de la red troncal del país y asaltos para captar recursos destinados a la comprar de armamento. En esas operaciones fueron desarticulados por los servicios de inteligencia de la Policía Nacional. La plana mayor del EGTK fue encarcelada para responder por sedición y alzamiento armado y purgaron penas de hasta 5 años. Posteriormente a su liberación, llevaron vida pública integrándose al sistema de derecho que les ofrecía posibilidades de desarrollar sus ideas. Muchas ONG con financiamiento externo los acogieron por su experiencia en la formación de cuadros en las zonas marginales. El caso más destacado constituye el actual vicepresidente que una vez en libertad, perfeccionó la cátedra universitaria y participó como analista político en programas de televisión en canales privados. Hoy, es cuestionado por sus temperamentales discursos, en los que incita a la sublevación armada y la violencia. Vistió en varios actos públicos el simbólico poncho rojo para atemorizar a los sectores de las clases medias.
Mientras estuvo en la lucha armada, el el EGTK pregonó la igualdad social de las mayorías indígenas, aymaras, quechuas, tupi-guaraníes y otras. Se nutrió de combatientes provenientes de varias organizaciones de izquierda y de federaciones obreras, campesinas y de mujeres. Muchos analistas políticos y periodistas consideran al EGTK una desviación de la guerrilla del Che. Esto se debe fundamental-mente a la falta de preparación de su estructura militar, táctica y logística.
El Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK) fue un grupo que se autoproclamó como tal; aunque sus acciones fueron terroristas.
Se conformó en Bolivia cuando el país había alcanzado la democracia después de un período bastante largo de luchas de trabajadores, campesinos y sectores políticos de la izquierda boliviana. De ideología indigenista - maoista, llevó el nombre del líder del alzamiento indio de finales del siglo XVIII en el Alto Perú, Túpac Katari. La fecha de su fundación es desconocida pero se estima que fue a comienzos de 1990.
Desarticulada en 1992, la mayoría de sus ideólogos y militantes se insertaron en la legalidad política. Su líder y fundador, Felipe Quispe Huanca, conformó el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) y años más tarde, llegó a ser elegido diputado por esa agrupación política.
Gracias al sistema democrático, muchos de sus militantes están ocupando hoy en día importantes cargos públicos. Un caso que debe llamar particularmente la atención, es el de Álvaro García Linera, que alcanzó la Vicepresidencia del país, aliado al Movimiento Al Socialismo (MAS).
Una de las peculiaridades del EGTK fue organizar atentados contra infraestructura considerada estratégica; torres del tendido eléctrico de la red troncal del país y asaltos para captar recursos destinados a la comprar de armamento. En esas operaciones fueron desarticulados por los servicios de inteligencia de la Policía Nacional. La plana mayor del EGTK fue encarcelada para responder por sedición y alzamiento armado y purgaron penas de hasta 5 años. Posteriormente a su liberación, llevaron vida pública integrándose al sistema de derecho que les ofrecía posibilidades de desarrollar sus ideas. Muchas ONG con financiamiento externo los acogieron por su experiencia en la formación de cuadros en las zonas marginales. El caso más destacado constituye el actual vicepresidente que una vez en libertad, perfeccionó la cátedra universitaria y participó como analista político en programas de televisión en canales privados. Hoy, es cuestionado por sus temperamentales discursos, en los que incita a la sublevación armada y la violencia. Vistió en varios actos públicos el simbólico poncho rojo para atemorizar a los sectores de las clases medias.
Mientras estuvo en la lucha armada, el el EGTK pregonó la igualdad social de las mayorías indígenas, aymaras, quechuas, tupi-guaraníes y otras. Se nutrió de combatientes provenientes de varias organizaciones de izquierda y de federaciones obreras, campesinas y de mujeres. Muchos analistas políticos y periodistas consideran al EGTK una desviación de la guerrilla del Che. Esto se debe fundamental-mente a la falta de preparación de su estructura militar, táctica y logística.
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