por Franco Limber*
1. Es importante develar a la izquierda marxoide y su verdadero rostro anti-aymara, lo hago sin temor a su odio, a su desprecio y, decirle a usted lo que siento, lo que creo: El Che Guevara es el sÃmbolo de un gobierno corrupto, es el emblema de un discurso populista que gime “anti-imperialismo”, cuya muletilla grotesca embrutece al gran conglomerado autóctono en nuestra tierra, me es importante develar al Che, personaje ajeno a la vivencia aymara, es importante develar el uso de su imagen como sÃmbolo polÃtico del Movimiento al Socialismo y, descubrir el gran daño y sufrimiento que causó y causa esté ideal en la nación aymara. Quedarme en el silencio, quedar mudo ya no es una opción, quedar callado es dejar perpetuar los males incrustados en nuestro pueblo, llegó el tiempo de emprender una lucha verdadera, el indianismo ahora bramará liberación con ella la destrucción del actual gobierno infecto, injusto, racista y abusivo del ejercicio del poder. El Che Guevara es un q’ara, llegó al Kollasuyo sin nada encima al igual que Pizarro, ambos trajeron muerte, ambos confunden al indio, lo seducen y lo usan, el socialismo, el Che, como veremos han traÃdo llanto y luto para nuestro pueblo y ello no debe ser perdonado, no debe ser olvidado.
2. Che Guevara, el verdugo, es un sujeto ajeno al aymara, no le entiende, no le importa, Fausto Reinaga sentencia: El Che no conoció ni sintió el problema indio de Bolivia y de Indo- américa. El indio a su vez, no supo quien era el Che. Por su piel blanca, sus luengas barbas y su castellano, el indio tomó al Che por una de esas “fieras europeas-yanquis” que vienen a devorar al indio. El Che, cuando dijo: “…la mirada de este indio es impenetrable”, estaba confesando, su tremendo error de ignorar al indio, al indio que es la carne y el espÃritu de la revolución[1]. Su ideal no penetra al cerebro del indio y cuando el indio escupe su nombre lo hace sin saber quien era este, hoy el Che es una moda vomitiva. ¡La juventud del cholaje blanco- mestizo de nuestro tiempo sueña con el “Che” Guevara, las guerrillas, los hippies![2] En sus ideales, estas sectas polÃticas blanco-mestizas dizque “revolucionarios” asumen al Che como pensamiento propio, porque no tienen otra figura a quien seguir, a quien alabar para su ilusoria causa, la casta Mestiza no tiene un Tupaj Katari, no tiene un Willka, por ello recurren al forastero. El Che, para el indio, es racismo blanco. El Che es el blanco que roba, asalta, viola, encarcela, asesina, masacra al indio[3]. Por esta razón sus admiradores en el actual gobierno hacen lo imposible para encajar en la mente del aymara sus ideales: Gobierno gastará $us 700 mil en la agenda de homenaje al Che, un ridÃculo teatro que sin duda se realizará para idiotizar al indio y, sobre todo para quedar “bien” con la basura socialista en el extranjero. Estos adoradores del Che odian al aymara libre. Ciertos guerrilleros blancos contra el indio… el odio de tales guerrilleros que dicen: “que odian al indio porque mató al Che.”[4] Y sÃ, matamos al Che. Primero lo capturamos, no fue el mestizo quien lo captura, el Che: “…cuando se retiraba hacia una loma, fue hecho prisionero en la huerta de Aguilar tras chocar contra la sección del sargento Bernardino Huanca”[5]. Huanca era un aymara que asedia al forajido, Huanca odia al Che porque éste mata a sus pares indios, lo cerca, el Che es valiente, por eso el mestizo no lo captura, tenÃa que ser un Huanca quien, con la bravura propia de su raza dirige su escuadra de indios a la captura del “quijote de Ñancahuasu”, el Cristo de los socialistas. Pero no es el blanco-mes tizo quien entrena a este pelotón de aymaras y quechuas, pues para el militar de alto grado en Bolivia el indio es su inferior, lo maltrata lo escupe, lo denigra. Fausto Reinaga cuenta cómo se formó este glorioso escuadrón de cazadores del Che: “Ralp W. Shelton, militar con grado de Mayor del ejército yanqui, llegó a Bolivia y de un vistazo genial se dio cuenta de que en este paÃs no vale sino el indio. Fuera del indio, gobierno y ejército carecÃan de valor. El presidente Barrientos pedÃa de EE.UU, seis millones de dólares para derro- tar a las guerrillas; el Gral. Ovan- do y su equipo se debatÃan entre la ignorancia, la rutina, la politiquerÃa y el miedo. El “pappy” Shel- ton tomó 600 indios reclutas y en 19 semanas formó el Ranger; un batallón de primer orden; ja- más visto en Bolivia. Shelton los instruyó no a “patadas” sino a “amistad sincera”; antes que jefe era un camarada, un hermano de “sus soldaditos indios”. No solo que conoció, sino sintió y resolvió sus necesidades y problemas personales de cada uno de ellos; sino que llegó a solucionar los problemas y las necesidades de sus familias en sus lejanos ayllus del altiplano ay- mara kheswa. Tal que en su tropa, en el Ranger indio se operó el milagro de la resurrección de la gran personalidad india de aquellos tiempos de Pachakutej, Tupaj Amaru, Pablo Atusparia, Zarate Willka…”[6] Sin duda, de esos 600 la mayorÃa perteneció a las naciones aymaras y quechuas, porque el Mestizaje no pisaba el cuartel, aun hoy los batallones están compuestos por la tropa de origen nativo. Lo que recupera el amauta Reinaga es que Shelton ve al indio como ser humano, como persona, mira sus cualidades, mientras el blanco-mestizo ve al indio por debajo su hombro, lo ve como un animal y, aun hoy se mantiene esa relación, es el extranjero quien más valora lo que significa el ay- mara, valora su cultura, valora sus costumbres; Fausto Reinaga sigue relatando: “En el reportaje que le hizo Andrews St. George para “Trae”, Shelton pinta este combate de espartanos de la siguiente manera: “Los Rangers resistieron la salvaje acometida pero tuvieron muchas bajas. Numerosos soldados yacÃan a derecha e izquierda. El sargento Huanca sintió que se le venÃa en- cima el mismo infierno pero mantuvo su posición hasta que el resto de la compañÃa fue en su auxilio. El combate era terrible. Alguien hizo punterÃa y de un solo tiro hizo volar la carabina de manos del Che. Después… ¡oh, diablos! No sé lo que ocurrió; pero permÃtanme decirle que mis bravos Rangers, dijo con orgullo Shelton, se apode- raron de Ernesto Guevara y lo entregaron vivo a las autoridades…”[7]. Shelton entrena al ay- mara, el aymara responde con eficiencia, denota la participación del sargento Huanca verdadero captor del Che Guevara, y se lo entrega a Gari Prado quien se lleva la flor, pero es Huanca y las escuadras de indios Rangers que capturan al Che. “Shelton con ciencia, técnica y valor indio, lo cercó y lo cazó al Che Guevara.”[8] Este individuo, el Che, des- precia la indianidad, granza sobre nuestros pueblos: A los aborÃgenes mexicanos los definió como “la indiada analfabeta de México”. Sobre el campesinado boliviano subrayó “son como animalitos”[9]. Para el Che el ay- mara y el quechua son solo ani- males, por eso los pocos aymaras que se enrolaron en su empresa, Francisco Huanca y Eusebio Tapia Aruni, fueron simples cargadores de bultos, cuales no tenÃan ni idea de lo que estaban haciendo en la guerrilla. El Che tiene las manos manchadas de sangre aymara, soldados de la más pura cepa indianidad como: Marcelo M. Mita, Luis Alpiri, Augusto Arispe, Mario Characayo, Abel Callapa y de seguro el más osado Dgte. Daniel Calani Quispe, estos valientes fueron asesinados por Che, el Che invasor asesino de nuestra raza, por ello el odio nuestro debe ser el más sincero, el más sublime; pero no solo está manchado de sangre aymara sino de inocentes campesinos cubanos: El Che fue un severo partidario de la disciplina, incluso entre sus propias tropas, y jugó un rol, ya fuera principal o secundario, en la ejecución sumaria de al menos 21 personas en la Sierra Maestra; de su propia mano, casi todas las vÃctimas eran campesinos de la zona acusados de colaborar, generalmente como informantes, con el ejército de Fulgencio Batista… Algunos eran campesinos de la zona acusados de crÃmenes que incluÃan desde merodear por el campamento o robar la comida destinada a los rebeldes. Todos, sin excepción, carecieron del debido proceso legal y fueron ejecutados en el acto, a veces por una orden del Che que parecÃa dar con indiferencia[10].
1. Es importante develar a la izquierda marxoide y su verdadero rostro anti-aymara, lo hago sin temor a su odio, a su desprecio y, decirle a usted lo que siento, lo que creo: El Che Guevara es el sÃmbolo de un gobierno corrupto, es el emblema de un discurso populista que gime “anti-imperialismo”, cuya muletilla grotesca embrutece al gran conglomerado autóctono en nuestra tierra, me es importante develar al Che, personaje ajeno a la vivencia aymara, es importante develar el uso de su imagen como sÃmbolo polÃtico del Movimiento al Socialismo y, descubrir el gran daño y sufrimiento que causó y causa esté ideal en la nación aymara. Quedarme en el silencio, quedar mudo ya no es una opción, quedar callado es dejar perpetuar los males incrustados en nuestro pueblo, llegó el tiempo de emprender una lucha verdadera, el indianismo ahora bramará liberación con ella la destrucción del actual gobierno infecto, injusto, racista y abusivo del ejercicio del poder. El Che Guevara es un q’ara, llegó al Kollasuyo sin nada encima al igual que Pizarro, ambos trajeron muerte, ambos confunden al indio, lo seducen y lo usan, el socialismo, el Che, como veremos han traÃdo llanto y luto para nuestro pueblo y ello no debe ser perdonado, no debe ser olvidado.
2. Che Guevara, el verdugo, es un sujeto ajeno al aymara, no le entiende, no le importa, Fausto Reinaga sentencia: El Che no conoció ni sintió el problema indio de Bolivia y de Indo- américa. El indio a su vez, no supo quien era el Che. Por su piel blanca, sus luengas barbas y su castellano, el indio tomó al Che por una de esas “fieras europeas-yanquis” que vienen a devorar al indio. El Che, cuando dijo: “…la mirada de este indio es impenetrable”, estaba confesando, su tremendo error de ignorar al indio, al indio que es la carne y el espÃritu de la revolución[1]. Su ideal no penetra al cerebro del indio y cuando el indio escupe su nombre lo hace sin saber quien era este, hoy el Che es una moda vomitiva. ¡La juventud del cholaje blanco- mestizo de nuestro tiempo sueña con el “Che” Guevara, las guerrillas, los hippies![2] En sus ideales, estas sectas polÃticas blanco-mestizas dizque “revolucionarios” asumen al Che como pensamiento propio, porque no tienen otra figura a quien seguir, a quien alabar para su ilusoria causa, la casta Mestiza no tiene un Tupaj Katari, no tiene un Willka, por ello recurren al forastero. El Che, para el indio, es racismo blanco. El Che es el blanco que roba, asalta, viola, encarcela, asesina, masacra al indio[3]. Por esta razón sus admiradores en el actual gobierno hacen lo imposible para encajar en la mente del aymara sus ideales: Gobierno gastará $us 700 mil en la agenda de homenaje al Che, un ridÃculo teatro que sin duda se realizará para idiotizar al indio y, sobre todo para quedar “bien” con la basura socialista en el extranjero. Estos adoradores del Che odian al aymara libre. Ciertos guerrilleros blancos contra el indio… el odio de tales guerrilleros que dicen: “que odian al indio porque mató al Che.”[4] Y sÃ, matamos al Che. Primero lo capturamos, no fue el mestizo quien lo captura, el Che: “…cuando se retiraba hacia una loma, fue hecho prisionero en la huerta de Aguilar tras chocar contra la sección del sargento Bernardino Huanca”[5]. Huanca era un aymara que asedia al forajido, Huanca odia al Che porque éste mata a sus pares indios, lo cerca, el Che es valiente, por eso el mestizo no lo captura, tenÃa que ser un Huanca quien, con la bravura propia de su raza dirige su escuadra de indios a la captura del “quijote de Ñancahuasu”, el Cristo de los socialistas. Pero no es el blanco-mes tizo quien entrena a este pelotón de aymaras y quechuas, pues para el militar de alto grado en Bolivia el indio es su inferior, lo maltrata lo escupe, lo denigra. Fausto Reinaga cuenta cómo se formó este glorioso escuadrón de cazadores del Che: “Ralp W. Shelton, militar con grado de Mayor del ejército yanqui, llegó a Bolivia y de un vistazo genial se dio cuenta de que en este paÃs no vale sino el indio. Fuera del indio, gobierno y ejército carecÃan de valor. El presidente Barrientos pedÃa de EE.UU, seis millones de dólares para derro- tar a las guerrillas; el Gral. Ovan- do y su equipo se debatÃan entre la ignorancia, la rutina, la politiquerÃa y el miedo. El “pappy” Shel- ton tomó 600 indios reclutas y en 19 semanas formó el Ranger; un batallón de primer orden; ja- más visto en Bolivia. Shelton los instruyó no a “patadas” sino a “amistad sincera”; antes que jefe era un camarada, un hermano de “sus soldaditos indios”. No solo que conoció, sino sintió y resolvió sus necesidades y problemas personales de cada uno de ellos; sino que llegó a solucionar los problemas y las necesidades de sus familias en sus lejanos ayllus del altiplano ay- mara kheswa. Tal que en su tropa, en el Ranger indio se operó el milagro de la resurrección de la gran personalidad india de aquellos tiempos de Pachakutej, Tupaj Amaru, Pablo Atusparia, Zarate Willka…”[6] Sin duda, de esos 600 la mayorÃa perteneció a las naciones aymaras y quechuas, porque el Mestizaje no pisaba el cuartel, aun hoy los batallones están compuestos por la tropa de origen nativo. Lo que recupera el amauta Reinaga es que Shelton ve al indio como ser humano, como persona, mira sus cualidades, mientras el blanco-mestizo ve al indio por debajo su hombro, lo ve como un animal y, aun hoy se mantiene esa relación, es el extranjero quien más valora lo que significa el ay- mara, valora su cultura, valora sus costumbres; Fausto Reinaga sigue relatando: “En el reportaje que le hizo Andrews St. George para “Trae”, Shelton pinta este combate de espartanos de la siguiente manera: “Los Rangers resistieron la salvaje acometida pero tuvieron muchas bajas. Numerosos soldados yacÃan a derecha e izquierda. El sargento Huanca sintió que se le venÃa en- cima el mismo infierno pero mantuvo su posición hasta que el resto de la compañÃa fue en su auxilio. El combate era terrible. Alguien hizo punterÃa y de un solo tiro hizo volar la carabina de manos del Che. Después… ¡oh, diablos! No sé lo que ocurrió; pero permÃtanme decirle que mis bravos Rangers, dijo con orgullo Shelton, se apode- raron de Ernesto Guevara y lo entregaron vivo a las autoridades…”[7]. Shelton entrena al ay- mara, el aymara responde con eficiencia, denota la participación del sargento Huanca verdadero captor del Che Guevara, y se lo entrega a Gari Prado quien se lleva la flor, pero es Huanca y las escuadras de indios Rangers que capturan al Che. “Shelton con ciencia, técnica y valor indio, lo cercó y lo cazó al Che Guevara.”[8] Este individuo, el Che, des- precia la indianidad, granza sobre nuestros pueblos: A los aborÃgenes mexicanos los definió como “la indiada analfabeta de México”. Sobre el campesinado boliviano subrayó “son como animalitos”[9]. Para el Che el ay- mara y el quechua son solo ani- males, por eso los pocos aymaras que se enrolaron en su empresa, Francisco Huanca y Eusebio Tapia Aruni, fueron simples cargadores de bultos, cuales no tenÃan ni idea de lo que estaban haciendo en la guerrilla. El Che tiene las manos manchadas de sangre aymara, soldados de la más pura cepa indianidad como: Marcelo M. Mita, Luis Alpiri, Augusto Arispe, Mario Characayo, Abel Callapa y de seguro el más osado Dgte. Daniel Calani Quispe, estos valientes fueron asesinados por Che, el Che invasor asesino de nuestra raza, por ello el odio nuestro debe ser el más sincero, el más sublime; pero no solo está manchado de sangre aymara sino de inocentes campesinos cubanos: El Che fue un severo partidario de la disciplina, incluso entre sus propias tropas, y jugó un rol, ya fuera principal o secundario, en la ejecución sumaria de al menos 21 personas en la Sierra Maestra; de su propia mano, casi todas las vÃctimas eran campesinos de la zona acusados de colaborar, generalmente como informantes, con el ejército de Fulgencio Batista… Algunos eran campesinos de la zona acusados de crÃmenes que incluÃan desde merodear por el campamento o robar la comida destinada a los rebeldes. Todos, sin excepción, carecieron del debido proceso legal y fueron ejecutados en el acto, a veces por una orden del Che que parecÃa dar con indiferencia[10].
Aparte de pisotear el derecho a la vida, el Che también abogó por eliminar y reprimir muchos derechos fundamenta- les. Su propuesta intransigente exigÃa la subyugación de la población cubana. Torturar y silenciar a opositores y disidentes constituÃa para él un elemento clave del éxito. Yo pregunto a usted ¿no se le hace conocido esta conducta en el actual gobierno masista? Yo creo que sÃ, por ello le rinden culto, veneran la enseñanza del maestro, la casta izquierdista del MAS busca la sumisión del pueblo nativo, no lo quiere libre, quiere a la nación aymara sometida, cuando éste se revela lo reprime, lo persigue, lo denigra, esto se lo ha visto en el reciente caso de corrupción en el municipio de Achacachi, éstos se revelan y el gobierno masista atenta contra el aymara libre, busca eliminarlo lo reprime con la policÃa, lo reprime con su justicia criminal. Torturar, acallar, es clave para el MAS, esto lo aprendió de su ejemplo: El Che Guevara. El dolor y la pena que causó el Ché vive en los corazones de muchas almas anónimas que llevan una carga pesada con un silencio traumático un hijo que perdió a su padre, una madre que perdió a su hijo, una esposa enlutada luchando por criar sola a una familia. Eso es el socialismo, eso representa es- te pensamiento. ¿Cuál es el sufrimiento que trae el socialismo al territorio aymará?
3. El holocausto aymara, el socialismo al territorio aymara solo trajo llanto y muerte: Sendero Luminoso degolló a más de cien comuneros: Un domingo 3 de abril de 1983, el grupo terrorista Sendero Luminoso estuvo a car- go de uno de las más horrendas masacres que hayan ocurrido en la nación aymara. Aquel fatÃdico dÃa, el terrorismo se encargó de asesinar a 69 personas inocentes que vivÃan en el distrito de Santiago de Lucanamarca, en el departamento de Ayacucho[11], la masacre fue realizada por cerca de sesenta miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso quie- nes iniciaron un ataque en las zonas de Yanaccollppa, Atacca- ra, Llacchua, Muylacruz y final- mente en el pueblo de Lucana- marca. Todos ellos se encontra- ban armados de hachas, mache- tes, cuchillos y armas de fuego y bajo la orden de Abimael Guz- mán Reynoso. Este grupo de fa- náticos socialistas trajo el terror a todas esas poblaciones de au- tóctonos, nuestra nación ayma- ra conoció el terror a manos del socialismo, fueron asesinados brutalmente utilizando hachas, machetes y armas. Tras ello, los sanguinarios senderistas rocia- ron agua hirviendo a los cadáve- res. Y no solo son los aymaras quienes sufren a manos de esta lacra de la izquierda socialista, también otros pueblos milena- rios prueban el odio del marxis- mo: Durante dos meses de tra- bajo en la selva central del de- partamento de JunÃn, un equipo de forenses del Instituto de Me- dicina Legal de Perú recogió tes- timonios que apuntaban la posi- bilidad de localizar restos de en- tre 120 a 160 personas Ashánin- kas, la etnia amazónica arrasada por el grupo terrorista Sendero Luminoso durante los violentos años de 1980 a 2000. Se trata de la primera exhumación de vÃc- timas Asháninkas, aunque Sen- dero Luminoso asesinó a unas6.000 almas inocentes. En 20 años de violencia socialista-mar- xista a manos de Sendero Lumi- noso en territorio aymara hubo casi 70.000 vÃctimas, de acuerdo a cálculos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú. Este es holocausto que trae el socialismo en nuestra tierra, por ello es que enfrentarnos a ella es un acto de defensa, el actual gobierno vomita en su discurso el socialismo, el anticapitalismo, con ese discurso masacra, con ese discurso castiga al aymara libre, premia al indio sumiso, por ello emprender una guerra con esta casta incrustada en el poder es un deber moral.
4. Los Aymaras le pusieron fin a la amenaza marxista del Che, ahora nos toca a nosotros po- ner fin al gobierno anti-aymara del Movimiento al Socialismo, por esto estas lÃneas sean para aquellos que aman la libertad, para aquellos que lucharán contra la dominación del q’ara de izquierda, el q’ara de derecha no es tan peligroso como el q’ara de izquierda, porque el q’ara de derecha se muestra tal como es: racista, anti-aymara; pero el q’ara de izquierda ofrece su amis- tad, se brinda en luchar por la liberación del pueblo aymara, pero al menor descuido estos te apuñalan por la espalda, ver el caso de Alvaro Garcia Linera, a estos marxoides les son útiles sólo los indios sumisos al estilo de Fernando Huanacuni, pero el Indio libre es un “vende patria” “un imperialista” asà estos elucubran su discurso espurio por to- dos los medios que les sean posibles: engañar, mentir, idiotizar al indio es su fin, pervertir al indio es su meta. Reinaga dice: El in- dio que llega a las filas de los partidos comunistas, sufre una brutal discriminación racial. Los jefes de toda ralea, siempre son del cholaje blanco; por lo tanto ellos son los mandones. Ordenan al indio. El “camarada indio” es quien afronta todos los peli- gros. El indicado y designado para las tareas de mayor riesgo, siempre es el indio…[12]. Por ello emprender, sobre todo nosotros los aymaras, un instrumento polÃtico es una necesidad que no podemos dejar esperar más, un instrumento polÃtico nuestro es necesario, en Bolivia ningún par- tido polÃtico es conducido por un aymara. ¿Evo Morales? No pasa de ser una marioneta de una casta blanco-mestiza que es dueña del Poder en la actualidad, nosotros aymaras ayer terminamos una invasión socialista putrefacta en nuestra tierra autóctona, hoy tenemos el deber de repetir esa hazaña porque: “al final indios son los vence- dores del Che Guevara”[13].
* Franco Limber es estudiante de Ciencia PolÃtica y Gestión Pública de la Universidad Mayor de San Andrés. El presente escrito es el resumen de un trabajo de mayor contenido, que el autor distribuirá en los dÃas que vienen.
Fuente: Publicado en el periodico Pukara 134
[1] Fausto Reinaga, El Che y el indio, Obras completas tomo IV, p, 317.
[2] Fausto Reinaga, El manifiesto del partido Indio de Bolivia, p, 74.
[3] Fausto Reinaga, El Che y el indio, Obras completas tomo IV, p, 317.
[4] 4 IbÃd. p, 319.
[5] MarÃa Werlau, Las vÃctimas olvidadas del Che Guevara
[6] Fausto Reinaga, La revolucion india, p, 352
[7] IbÃd. p, 352
[8] IbÃd. p, 352
[9]Gabriel Astengo, La verdadera historia de un asesino llamado “Che” Guevara.
[10] MarÃa Werlau, Las vÃctimas olvidadas del Che Guevara.
[11] Daniel Silva, REDACCIÓN PERU21, 03/04/2016.
[12] Fausto Reinaga, La revolucion india, p, 359.
[13] Ibid. p, 42.
3. El holocausto aymara, el socialismo al territorio aymara solo trajo llanto y muerte: Sendero Luminoso degolló a más de cien comuneros: Un domingo 3 de abril de 1983, el grupo terrorista Sendero Luminoso estuvo a car- go de uno de las más horrendas masacres que hayan ocurrido en la nación aymara. Aquel fatÃdico dÃa, el terrorismo se encargó de asesinar a 69 personas inocentes que vivÃan en el distrito de Santiago de Lucanamarca, en el departamento de Ayacucho[11], la masacre fue realizada por cerca de sesenta miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso quie- nes iniciaron un ataque en las zonas de Yanaccollppa, Atacca- ra, Llacchua, Muylacruz y final- mente en el pueblo de Lucana- marca. Todos ellos se encontra- ban armados de hachas, mache- tes, cuchillos y armas de fuego y bajo la orden de Abimael Guz- mán Reynoso. Este grupo de fa- náticos socialistas trajo el terror a todas esas poblaciones de au- tóctonos, nuestra nación ayma- ra conoció el terror a manos del socialismo, fueron asesinados brutalmente utilizando hachas, machetes y armas. Tras ello, los sanguinarios senderistas rocia- ron agua hirviendo a los cadáve- res. Y no solo son los aymaras quienes sufren a manos de esta lacra de la izquierda socialista, también otros pueblos milena- rios prueban el odio del marxis- mo: Durante dos meses de tra- bajo en la selva central del de- partamento de JunÃn, un equipo de forenses del Instituto de Me- dicina Legal de Perú recogió tes- timonios que apuntaban la posi- bilidad de localizar restos de en- tre 120 a 160 personas Ashánin- kas, la etnia amazónica arrasada por el grupo terrorista Sendero Luminoso durante los violentos años de 1980 a 2000. Se trata de la primera exhumación de vÃc- timas Asháninkas, aunque Sen- dero Luminoso asesinó a unas6.000 almas inocentes. En 20 años de violencia socialista-mar- xista a manos de Sendero Lumi- noso en territorio aymara hubo casi 70.000 vÃctimas, de acuerdo a cálculos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú. Este es holocausto que trae el socialismo en nuestra tierra, por ello es que enfrentarnos a ella es un acto de defensa, el actual gobierno vomita en su discurso el socialismo, el anticapitalismo, con ese discurso masacra, con ese discurso castiga al aymara libre, premia al indio sumiso, por ello emprender una guerra con esta casta incrustada en el poder es un deber moral.
4. Los Aymaras le pusieron fin a la amenaza marxista del Che, ahora nos toca a nosotros po- ner fin al gobierno anti-aymara del Movimiento al Socialismo, por esto estas lÃneas sean para aquellos que aman la libertad, para aquellos que lucharán contra la dominación del q’ara de izquierda, el q’ara de derecha no es tan peligroso como el q’ara de izquierda, porque el q’ara de derecha se muestra tal como es: racista, anti-aymara; pero el q’ara de izquierda ofrece su amis- tad, se brinda en luchar por la liberación del pueblo aymara, pero al menor descuido estos te apuñalan por la espalda, ver el caso de Alvaro Garcia Linera, a estos marxoides les son útiles sólo los indios sumisos al estilo de Fernando Huanacuni, pero el Indio libre es un “vende patria” “un imperialista” asà estos elucubran su discurso espurio por to- dos los medios que les sean posibles: engañar, mentir, idiotizar al indio es su fin, pervertir al indio es su meta. Reinaga dice: El in- dio que llega a las filas de los partidos comunistas, sufre una brutal discriminación racial. Los jefes de toda ralea, siempre son del cholaje blanco; por lo tanto ellos son los mandones. Ordenan al indio. El “camarada indio” es quien afronta todos los peli- gros. El indicado y designado para las tareas de mayor riesgo, siempre es el indio…[12]. Por ello emprender, sobre todo nosotros los aymaras, un instrumento polÃtico es una necesidad que no podemos dejar esperar más, un instrumento polÃtico nuestro es necesario, en Bolivia ningún par- tido polÃtico es conducido por un aymara. ¿Evo Morales? No pasa de ser una marioneta de una casta blanco-mestiza que es dueña del Poder en la actualidad, nosotros aymaras ayer terminamos una invasión socialista putrefacta en nuestra tierra autóctona, hoy tenemos el deber de repetir esa hazaña porque: “al final indios son los vence- dores del Che Guevara”[13].
* Franco Limber es estudiante de Ciencia PolÃtica y Gestión Pública de la Universidad Mayor de San Andrés. El presente escrito es el resumen de un trabajo de mayor contenido, que el autor distribuirá en los dÃas que vienen.
Fuente: Publicado en el periodico Pukara 134
[1] Fausto Reinaga, El Che y el indio, Obras completas tomo IV, p, 317.
[2] Fausto Reinaga, El manifiesto del partido Indio de Bolivia, p, 74.
[3] Fausto Reinaga, El Che y el indio, Obras completas tomo IV, p, 317.
[4] 4 IbÃd. p, 319.
[5] MarÃa Werlau, Las vÃctimas olvidadas del Che Guevara
[6] Fausto Reinaga, La revolucion india, p, 352
[7] IbÃd. p, 352
[8] IbÃd. p, 352
[9]Gabriel Astengo, La verdadera historia de un asesino llamado “Che” Guevara.
[10] MarÃa Werlau, Las vÃctimas olvidadas del Che Guevara.
[11] Daniel Silva, REDACCIÓN PERU21, 03/04/2016.
[12] Fausto Reinaga, La revolucion india, p, 359.
[13] Ibid. p, 42.
Soy Ãndio del Brasil, Concordo que el marxismo no cumpreende lá realidade india. Pero llamar Che de colonizador y anti aymara és un absurdo. Los hombres Ãndios que ello mato haciam parte del ejercito. El ejercito és un inimigo de la Abya Yala. Los hombres aymara, como zumbis, se transformaram en enemigos del próprio pueblo una vez en el ejercito del Estado colonizador. Lo ejercito obedece ordenes de Los colonizadores. Che fue un grande hombress mismo sendo blanco y marxista fue un amigo de Los Ãndios y tento,de facto una libertacion de nuestro pueblo. Ello fracasso, murio torturado pelos yankis y mismo assim no traiciono sus soldados y amigos. Che murio en território Ãndio lutando contra yankis. Che nunca quis matar Ãndios o latinos
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