por Franco Limber
El Movimiento Al Socialismo podía reconstruirse a la altura del pueblo, pero conserva en su seno a los jailones de izquierda, quienes bloquean las reales aspiraciones del movimiento indígena, son racistas, paternalistas, se mofan del indio a sus espaldas, para ellos son únicamente la carne de cañón, jamás lo acompañan en sus luchas, esperan a que este triunfe, para luego aparecer como aliados; tiempo después se hacen de prestigiosos cargos en el gobierno, mientras el aymara pone su vida en riesgo defendiendo su causa, luchando en contra de las injusticias, pero sigue viviendo en las mismas condiciones precarias, los “pititas” en el MAS bloquean al indio, lo utilizan, cuando logran conseguir algún rédito lo abandonan, nunca le piden su opinión, toman decisiones a sus espaldas, utilizan la careta indígena, su simbología, pero si deben prescindir del indio lo hacen, viven de la política, su único fin es mantener sus privilegios.
Los jailones de izquierda también son cómplices en la quema de la wiphala, utilizaron la wiphala como simple trapo para sus campañas electorales, nunca se preocuparon en conocer su origen, su significado, solo fue un recurso publicitario para alimentar su discurso populista indigenista, la wiphala únicamente les fue útil para encubrir su paternalismo, cuando dialogas con ellos te dicen: «hermano indio, debemos luchar juntos», pero a las espaldas susurran: «indio cochino».
Los jailones de izquierda se han sumido en la corrupción, el clientelaje, en un proceso sistemático han eliminado a los indígenas de los puestos relevantes en la administración pública, para ocultar ello flamearon wiphalas, la población empezó a relacionar el símbolo indígena con la corrupción y el crimen, ahí nace su odio al símbolo, el jailon de izquierda lo instrumentalizó y aún lo hace para sus fines personales, pero jamás se preocupan por la vivencia del aymara, del alteño, se manifiestan solo cuando sus privilegios de casta corren peligro.
El jailon de izquierda, en el presente, está utilizando la wiphala otra vez con fines publicitarios, han creado varias cuentas en Facebook para difundir su odio contra el gobierno de turno, el “pitita” del MAS carece de símbolos, de lucha honorable, de historia, por ello recurren a la rebelión del indio, pero no se identifican con este, jamás están en la lucha, son cobardes y lo más que se acercan a las manifestaciones populares son a través del internet (redes sociales), ni siquiera dan la cara, lo hacen bajo una serie de cuentas falsas, hablan por el indio, pero jamás cuestionan sus privilegios, viven cómodamente de los recursos acumulados en 14 años en el poder.
El jailon del MAS aprovecha el momento oportuno para manifestarse, habla de revolución solo cuando está seguro de no correr peligro, el “pitita” del MAS trunca las aspiraciones del indio, le quita protagonismo, le quita liderazgo, no porque el indio sea inferior, sino porque sus privilegios de clase imperan; en las actuales manifestaciones no se ha visto ni un masista de izquierda en las calles, solo vomitan odio desde el internet en la comodidad de sus hogares, donde siempre tienen el refrigerador lleno de comida.
Al indio en el MAS lo paulatinamente lo sumieron bajo el mando de una elite mestiza de izquierda, se libera de este cuando Evo Morales renuncia, el indio en el MAS tiene la posibilidad de posesionarse en la dirección del partido, toma conciencia de su superioridad numérica, asumen su rol ante la situación, entienden que fueron utilizados como escalera política, como pongo político, pero la izquierda se re-articula sobre la sangre de los alteños, y retornan a su posición dominante, “las ratas regresan al barco”. Las decisiones vienen del extranjero, por ejemplo, a su candidato por la vicepresidencia lo marginan de las decisiones importantes.
El jailon en el MAS huye ante las hordas racistas, mientras el alteño con su wiphala pone el pecho, entre ellos no hay amistad, por eso los jailones son los primeros desertar; Generación Evo, Columna Sur, Satucos, de estos es conocido su asco hacia los indios, ellos quienes decían: «patria o muerte», desde el Linera hasta el último jailon cercioraba su predisposición a la lucha, llegado el momento entregan la “patria” a los racistas, quienes masacraron en Senkata y Sacaba; pero lo más grotesco de estos “revolucionarios” es que usan la muerte del indio para su campaña electoral, no hay límite en sus intereses, aman el dinero.
Entre el “pitita” racista y el “pitita” masista no hay diferencia sustancial, en ambos la colonia se reproduce en sus actos, se creen superiores al indio, el jailon intelectual de ambos bandos cuando hablan frente al indio hacen todo lo posible por humillarlo, presumen sus conocimientos para que el indio reconozca su “superioridad”, la humildad es lo último que se pude esperar de ellos; el jailon masista lo único que espera del aymara, del alteño, es el apoyo servil para llegar a cargos políticos, para gozar de todo los beneficios que ello representa.
Una vez el “pitita” del MAS llega a un espacio de poder, lo primero que hace es pensar en su casta, introduce a toda su familia a puestos relevantes en la administración pública, favorecen licitaciones para su entorno, negocian grandes recursos del Estado para hacerse más ricos, jamás piensan en el pobre, en el indígena, para el “pitita” del MAS la codicia nunca tiene límites, únicamente la envidia dentro del partido delata su desagradable administración.
¿La “pitita” del MAS es amigo?, nunca, ¿qué es?, rival, ellos no tienen remordimiento en eliminar a los indios en el partido, jóvenes indios en el MAS, como por ejemplo Trabajadores Comunitarios, fueron desplazados por Generación Evo, gracias a las relaciones familiares de los últimos, hijos de Ministros, Diputados, han influido para que los jóvenes aymaras en el MAS sean marginados; existe una infinidad de ejemplos de este fenómeno.
En el presente, el jailon en el MAS sigue usando al indio como escalera política, utilizan su simbología, volvieron a utilizar la wiphala como simple recurso publicitario para la campaña electoral, es ingenuo creer en su buena voluntad, utilizan nombres en aymara para encubrir su jailonismo, sus ambiciones de poder; los “pititas” en el MAS están utilizando al indio otra vez para lograr réditos políticos, jamás han pensado en la vivencia del aymara, del quechua, de sus símbolos, pero las están instrumentalizando para su beneficio a través de su discurso, empieza a reclutar indios para luego –en el caso de que el MAS triunfe- terminen como Directores o Ministros de alguna cartera del Estado, mientras los indios en el MAS que han luchado por la defensa de la wiphala, de la Democracia, que han arriesgado la vida por el partido, que han luchado en contra de las injusticias, siguen marginados en la organización partidaria como gente de segunda clase.
Un futuro oscuro, en frente tenemos al paternalismo de izquierda, en el otro una sanguinaria derecha, de ambos brota racismo, ambos trajeron muerte al aymara, ambos llevan sangre alteña en sus manos; cuando el indio se libera de la opresión jailona en el MAS, los aymaras asumen la dirección del partido, el indio organizado quería a David Choquehuanca de candidato presidencial, había un sentimiento donde el MAS podía reconstruirse de sus errores, pero un dedo colonial, un dedo blanco-mestizo desde Argentina se impuso por medio del terror y el dinero, ese dedo no es el de Evo, ese dedo tiene nombre: Álvaro García Linera, este sabe que Evo es la Gallina de los Huevo de Oro, no permitirá por nada que desplacen a su “indio”, por esa razón David Choquehuanca es relegado a candidato vicepresidencial, y Arce Catacora se convierte en candidato presidenciable, alguien manipulable, sin base social, Linera bien sabe que Evo no debe tener sombra, y Choquehuanca era una sombra grande, posiblemente el manejo caprichoso del poder sea la causa de que el MAS pueda perder las elecciones, los “pititas en el MAS” pueden ser la causa del fracaso en las urnas, ya que desprecian las decisiones de las organizaciones sociales, de las emociones populares, del pensar de los movimientos indígenas.
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