Por Franco Limber
La fuerza bruta nunca ha traÃdo buenos resultados en la administración pública, el actual Ministro Murillo sigue un peligroso guion que no contribuye a sobrellevar la situación. Desde el momento en que asumió la cartera se la pasa lanzando amenazas a quien no acate sus disposiciones, su sentimiento revanchista pesa más que su contribución al cargo, las caracterÃsticas de este personaje denotan: ceguera de poder, improvisación, venganza y paranoia; se evidencia estas caracterÃsticas en sus acciones donde predomina la torpeza antes del uso de la razón. En momentos de coronavirus sus principios polÃticos pueden ser peligrosos para la salud boliviana, quiere implementar medidas que no se ajustan a la vivencia cotidiana, esa incomprensión de la sociedad terminara ahondado la crisis.
Los principales rasgos de Murillo y su abuso de poder son las siguientes:
1. El circulo de la violencia solo engendra más violencia; si no se rompe ese cÃrculo se mantiene la intolerancia social, la fuerza bruta origina una molestia general en la población, el gobierno desde su asunción ha mantenido una polÃtica violenta, sin duda conociendo su insignificante legitimidad en el voto; el poder es un ejercicio que no querrán soltar y utilizaran todos los medios para conservarlo, asà tengan que saltarse los derechos fundamentales de las personas, como la libertad de expresión, incluso la vida.
2. La fuerza bruta engendra terror, el Ministro Murillo es un sujeto que muestra serias perturbaciones que deben preocupar a la población, las caracterÃsticas de su personalidad en una autoridad pública es muy peligrosa, varios agentes de la muerte y dictadores tienen rasgos parecidos, por ejemplo: a) siempre buscan tener el control total de la situación, b) ejercen violencia psicológica contra los más débiles, aprovechan su posición en el poder, c) cuando pierden los estribos caen en la violencia fÃsica; son inseguros, paranoicos, se deshacen de la competencia, d) manipulan a los demás, se sirven de todos los recursos a su alcance, e) son egocéntricos, se atribuyen roles que no les competen, por ejemplo, llevar un uniforme policial es un signo de un ego recargado, muchos dictadores tienen ese comportamiento, f) se aferran a la violencia como única solución, el dialogo, el consenso, son acciones de segundo plano. Entre otros detalles podemos percibir el peligro que el pueblo boliviano corre en el caso que el actual gobierno conserve el poder, la legitimidad del voto le darÃa el mecanismo para perpetrar violencia con la excusa de cuidar la democracia.
3. La fuerza bruta evidencia la incapacidad de implementar polÃticas racionales; a falta de capacidad estratégica, Murillo y el gobierno recurre a la violencia para mantener a flote su autoridad, cuando predomina la coerción se deja de lado el conocimiento, la planificación, la prevención, no son primordiales, tienen únicamente en la mente la ejecución de la fuerza como estrategia de gobierno, no les permite pensar en soluciones más eficientes.
4. La fuerza bruta siembra desconfianza en el Estado, Murillo y el tipo de estrategias coercitivas genera en la población un sentimiento de aversión hacia el Estado, un pueblo que no confÃa en su institucionalidad ocasiona inseguridad que puede desembocar en una convulsión social, el odio y revanchismo del gobierno transitorio esta abriendo paso a esa posibilidad.
5. La fuerza bruta es una cortina de humo para ocultar oscuros movimientos, las medidas autoritarias y violentas por lo general tienden a esconder actos corruptos en el gobierno, sean de derecha o izquierda, un pueblo sometido a un régimen violento encubre malos manejos del presupuesto estatal, el actual gobierno no es la excepción, ENTEL es una muestra de esa definición.
Lo más probable que los arranques violentos desde el gobierno causen en la población una sensación de aversión al Estado, Murillo progresivamente está engendrando un terrorismo de Estado que no es saludable en una democracia; en el caso que gane el partido oficialista en las futuras elecciones, se instaurara un gobierno violento con tintes autoritarios, donde por medio del miedo acallaran las protestas sociales, se limitara la libertad de expresión, ya dieron atisbos de ello; un gobierno violento permite que la corrupción sea viable, el miedo acalla las denuncias, un gobierno que ejerce fuerza coercitiva da paso al robo de las arcas del Estado. Murillo es un hombre peligroso, es el segundo hombre al mando en el actual gobierno, si triunfa en las elecciones debemos esperar de esa gestión un abuso de poder que desembocara en corrupción y clientelismo, la legitimidad permite esos delitos, legitimidad que hoy carecen, y por medio del voto intentaran conseguir ese poder, las consecuencias de esa posibilidad no serán buenas para la población ni para la democracia.
(Ilustración: Quya Reyna)
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